Eratóstenes, primera persona en calcular el diámetro y la circunferencia de la Tierra (240 a.C.)

Eratóstenes de Cirene (Cirene, 276 a. C.-Alejandría, 194 a. C.) fue un polímata griego: matemático, astrónomo y geógrafo de origen cirenaico. Concibió por primera vez la geografía como una disciplina sistemática, desarrollando una terminología que todavía se usa en la actualidad. Es conocido principalmente por ser la primera persona en calcular el diámetro y la circunferencia de la Tierra, lo que hizo al comparar las altitudes del Sol del mediodía en dos lugares separados por una distancia norte-sur conocida. Su cálculo fue notablemente preciso. También fue el primero en calcular la inclinación del eje de la Tierra (nuevamente con notable precisión). Además, pudo haber estimado la distancia desde la Tierra hasta el Sol e ideó intercalar cada cuatro años un día adicional en los calendarios, produciendo el año bisiesto. Creó el primer mapamundi, incorporando paralelos y meridianos basados en el conocimiento geográfico disponible de su época.

Eratóstenes, hijo de Aglaos, nació en 276 a. C. en Cirene. Estudió en Alejandría y, durante algún tiempo, en Atenas. Fue discípulo de Aristón de Quíos, de Lisanias de Cirene y del poeta Calímaco y también gran amigo de Arquímedes. En el año 236 a. C., Ptolomeo III lo llamó para que se hiciera cargo de la Biblioteca de Alejandría, puesto que ocupó hasta el fin de sus días. La 'Suda' (gran enciclopedia bizantina) afirma que, tras perder la vista, se dejó morir de hambre a la edad de 80 años; sin embargo, Luciano de Samosata dice que llegó a la edad de 82 años, también Censorino sostiene que falleció cuando tenía 82 años.

Eratóstenes poseía una gran variedad de conocimientos y aptitudes para el estudio: astrónomo, poeta, geógrafo y filósofo, su apellido fue Pentathlos, nombre que se reservaba al atleta vencedor en las cinco competiciones de los Juegos Olímpicos en la Antigüedad. Suidas afirma que también era conocido como el segundo Platón y diversos autores dicen que se le daba el sobrenombre de Beta, por la segunda letra del alfabeto griego, porque ocupó el segundo lugar en todas las ramas de la ciencia que cultivó.

A Eratóstenes se le atribuye la invención, hacia el 255 a. C., de la esfera armilar, que aún se empleaba en el siglo XVII. Aunque debió usar este instrumento para diversas observaciones astronómicas, solo queda constancia de la que le condujo a la determinación de la oblicuidad de la eclíptica. Determinó que el intervalo entre los trópicos (el doble de la oblicuidad de la eclíptica) equivalía a los 11/83 de la circunferencia terrestre completa, resultando para dicha oblicuidad 23°51'19", cifra que posteriormente adoptaría el astrónomo Claudio Ptolomeo.

Según algunos historiadores, Eratóstenes obtuvo un valor de 24° y el refinamiento del resultado se debió hasta 11/83 al propio Ptolomeo. Además, según Eusebio de Cesarea, dedujo que la distancia al Sol era de 804 000 000 o de 4 080 000 estadios (según diferentes traducciones), la distancia a la Luna 780 000 estadios y, según Macrobio, que el diámetro del Sol era 27 veces mayor que el de la Tierra. Realmente el diámetro del Sol es 109 veces el de la Tierra y la distancia a la Luna es casi tres veces la calculada por Eratóstenes, pero el cálculo de la distancia al Sol, admitiendo que el estadio empleado fuera de 185 metros, en la estimación de 804 000 000 estadios da 148 752 060 km, muy similar a la unidad astronómica actual. A pesar de que se le atribuye frecuentemente la obra 'Katasterismoi', que contiene la nomenclatura de 44 constelaciones y 675 estrellas, los críticos niegan que fuera escrita por él, por lo que se suele designar Pseudo-Eratóstenes a su autor.

Por referencias obtenidas de un papiro de su biblioteca, sabía que en Siena (hoy Asuán, Egipto) el día del solsticio de verano los objetos verticales no proyectaban sombra alguna y la luz alumbraba el fondo de los pozos; esto significaba que la ciudad estaba situada justamente sobre la línea del trópico de Cáncer, y su latitud era igual a la de la eclíptica que ya conocía. Eratóstenes, suponiendo que Siena y Alejandría tenían la misma longitud (realmente distan 3°) y que el Sol se encontraba tan alejado de la Tierra que sus rayos podían suponerse paralelos, midió la sombra en Alejandría el mismo día del solsticio de verano al mediodía, demostrando que el cenit de la ciudad distaba 1/50 parte de la circunferencia, es decir, 7°12' del de Alejandría. Según Cleomedes, Eratóstenes se sirvió del scaphium o gnomon (un protocuadrante solar) para el cálculo de dicha cantidad.

Posteriormente, tomó la distancia estimada por las caravanas que comerciaban entre ambas ciudades, aunque bien pudo obtener el dato en la propia Biblioteca de Alejandría, fijándola en 5000 estadios, de donde dedujo que la circunferencia de la Tierra era de 250 000 estadios, resultado que posteriormente elevó hasta 252 000 estadios, de modo que a cada grado correspondieran 700 estadios. También se afirma que Eratóstenes, para calcular la distancia entre las dos ciudades, se valió de un regimiento de soldados que diera pasos de tamaño uniforme y los contara.

Admitiendo que Eratóstenes usase el estadio ático-italiano de 184,8 m, que era el que solía utilizarse por los griegos de Alejandría en aquella época, el error cometido sería de 6192 kilómetros (un 15 %). Sin embargo, hay quien defiende que empleó el estadio egipcio (300 codos de 52,4 cm), en cuyo caso la circunferencia polar calculada hubiera sido de 39 614 km, frente a los 40 008 km considerados en la actualidad, es decir, un error de menos del 1 %. Ahora bien, es imposible que Eratóstenes diera con la medida exacta de la circunferencia de la Tierra debido a errores en los supuestos que calculó. Tuvo que haber tenido un margen de error considerable y por lo tanto no pudo haber usado el estadio egipcio.

Posidonio rehízo el cálculo de Eratóstenes 150 años más tarde y obtuvo una circunferencia sensiblemente menor. Este valor fue adoptado por Ptolomeo y fue en el que probablemente se basó Cristóbal Colón para justificar la viabilidad del viaje a las Indias por occidente. Con las mediciones de Eratóstenes, el viaje no se habría llegado a realizar, al menos en aquella época y con aquellos medios, aceptando solo las certezas científicas. Los doctores consultados en Salamanca, a petición real, se basaron en ellos para determinar que el objetivo principal —llegar a China y Japón— era imposible dada la distancia. Finalmente, la empresa fue aprobada por la reina, con base en testimonios y cartas de marear que obraban en poder de los socios de Colón mencionando tierras a corta distancia al Oeste de Azores,[8]​ por las ventajas estratégicas y comerciales que preveía el proyecto y sobre objetivos secundarios, como la condición de Colón de obtener prebendas y porcentajes sobre las tierras que descubriera en camino.

El trabajo de Eratóstenes es considerado por algunos el primer intento científico en medir las dimensiones de nuestro planeta, ya que se hicieron otros cálculos y se perfeccionaron siglos después por estudiosos tales como el califa Al-Mamun y Jean François Fernel.

Se le debe un procedimiento, conocido como la Criba de Eratóstenes, para obtener de un modo rápido todos los números primos menores que un número dado. La versión informática de este procedimiento (algoritmo) se ha convertido con los años en un método estándar para caracterizar o comparar la eficacia de diferentes lenguajes de programación.

Eratóstenes también midió la oblicuidad de la eclíptica (la inclinación del eje terrestre) con un error de solo 7' de arco, y creó un catálogo (actualmente perdido) de 675 estrellas fijas. Su obra más importante fue un tratado de geografía general llamado 'Geographica'. En esta obra Eratóstenes describió y cartografió todo su mundo conocido, incluso dividiendo la Tierra en cinco zonas climáticas: dos zonas de congelación alrededor de los polos, dos zonas templadas y una zona que abarca el ecuador y los trópicos. Colocó rejillas de líneas superpuestas sobre los mapas que representaban la superficie de la Tierra. Usó paralelos y meridianos para vincular todos los lugares del mundo. Ahora era posible estimar la distancia desde ubicaciones remotas con esta red sobre la superficie de la Tierra. En 'Geographica' se mostraron los nombres de más de 400 ciudades y sus ubicaciones.

Eratóstenes era una de las figuras eruditas más preeminentes de su tiempo, y produjo trabajos que cubren un área extensa de conocimiento antes y durante su tiempo en la Biblioteca. Escribió sobre muchos temas: geografía, matemáticas, filosofía, cronología, crítica literaria, gramática, poesía e incluso comedias antiguas. Desafortunadamente, solo quedan fragmentos de sus obras después de la Destrucción de la Biblioteca de Alejandría. La obra poética de Eratóstenes comprende dos obras: 'Erigone', elogiada repetidamente por Longino, y 'Hermes', la más conocida, poema de asunto astronómico y geográfico que trata de la forma de la Tierra, de su temperatura, de los diferentes climas y de las constelaciones. Escribió varios tratados sobre filosofía moral y se le atribuyen, sin certeza, otras obras filosóficas. Su primer trabajo, llamado 'Platonikos', contempla la filosofía de Platón desde un punto de vista matemático. De acuerdo a Teón de Esmirna, un matemático pitagórico, el trabajo de Eratóstenes estudió definiciones básicas de geometría y aritmética, y abarcó temas como la música. Sus producciones históricas estuvieron ligadas íntimamente a las matemáticas, y su obra más importante en esta disciplina fue la 'Cronografía', en la que recoge las fechas de los acontecimientos literarios y políticos más importantes. Se cree que Las Olimpiadas, citadas por Diógenes Laercio y Ateneo, formaban parte de la 'Cronografía'. También escribió un tratado 'Sobre la antigua comedia ática', del que son fragmentos 'Architectonicos' y 'Skenographicos', en los que trató de la decoración, el vestuario, la declamación y el argumento de obras de Aristófanes y de Cratino, entre otros. También estudió la obra de Homero y escribió una biografía sobre la vida del poeta que no ha llegado hasta nuestros días. En la citada 'Eratosthenica', Bernhardy compiló la lista de todas las obras atribuidas a Eratóstenes, así como los fragmentos de sus escritos entonces conocidos, con excepción de 'Katasterismoi'.

Inventó el mesolabio, uno de los primeros instrumentos descubiertos que es una primitiva calculadora.

[Fuente: Wikipedia]

Johanes Gutenberg: Inventor de la primera imprenta de tipos móviles metálicos (1450)

En 1471, un humanista francés rendía homenaje a la «nueva especie de libreros» que en los años pasados habían difundido desde Alemania una novedosa técnica que permitía fabricar libros sin necesidad de copiarlos a mano. Entre ellos «Juan, conocido como Gutenberg», había sido el verdadero «inventor de la imprenta», el hombre que ideó «los caracteres con que todo lo que se dice y piensa puede ser inmediatamente escrito, reescrito y legado a la posteridad».

Fue Johannes Gutenberg quien inventó la imprenta y con ello realizó uno de los descubrimientos de mayor impacto en la historia, pero su vida está repleta de incógnitas y lagunas. Se sabe que se llamaba en realidad Johannes Gensfleisch y que nació hacia 1398 en Maguncia. El nombre por el que se le conoce procede de una casa propiedad de su padre, un rico patricio local dedicado a la orfebrería.

Tras estudiar tal vez en Erfurt, hacia 1434 emigró a Estrasburgo, donde se estableció como orfebre. En 1436 tuvo que afrontar la querella que le puso una dama, de nombre Ennelin, por haber roto su promesa de matrimonio; un signo de un carácter áspero y difícil que se había manifestado ya dos años antes, cuando hizo encarcelar a un paisano suyo por deudas.

No hay duda de que Gutenberg demostró pronto una excepcional pericia en cuestiones técnicas y un fuerte espíritu empresarial. En 1437 descubrió un novedoso sistema para pulir piedras preciosas, y un año después concertó un contrato con Andreas Dritzehn, Hans Riffe y Andreas Heilmann para fabricar espejos para los peregrinos. Los espejos se llevaban prendidos en el sombrero, en la túnica o en los bastones, y servían para captar los destellos de las reliquias e imágenes sagradas en la creencia de que así se transmitía su bendición. Esta actividad requería gran destreza en el manejo del metal y se dirigía a una demanda masiva, dos características que se encontraban también en el invento en el que Gutenberg estaba trabajando al mismo tiempo con gran sigilo: un sistema para fabricar libros de forma mecánica mediante caracteres metálicos.

En Europa, durante muchos siglos no se conoció más forma de reproducción de textos que la copia manuscrita realizada por escribanos. El trabajo se concentró en los escritorios de los monasterios, pero en el siglo XIII la producción de manuscritos se desplazó a los nuevos centros universitarios, donde surgieron talleres que llegaron a emplear a medio centenar de copistas, organizados de forma prácticamente industrial. También se generalizó entonces el uso del papel, elaborado con lino y cáñamo, mucho más barato y manejable que el pergamino.

Por otra parte, a finales del siglo XIV se difundió en Europa la técnica del grabado sobre madera, o xilografía, que permitía imprimir gran número de imágenes sobre tela o papel a partir de una única plancha. Esta primera imprenta se orientó inicialmente a la producción de imágenes piadosas, individuales o combinadas para formar libretos. También se podían imprimir opúsculos impresos por una sola cara, que coexistieron con los libros impresos en tipos metálicos durante la segunda mitad del siglo XV. Tenía, sin embargo, el inconveniente de que las planchas de madera grabada, además de requerir mucho tiempo para su talla, se deterioraban rápidamente.

Faltaba idear un sistema que permitiera imprimir mecánicamente textos escritos sin que fuera necesario grabar cada página. La solución fueron los tipos móviles: letras talladas en metal que podían combinarse para formar las palabras y líneas de una página de texto. Las ventajas del procedimiento, que permitía reproducir escritos con una rapidez y a una escala sin precedentes, le garantizaron un éxito fulgurante que se ha prolongado hasta la actualidad.

En el pasado, los historiadores han propuesto diversos nombres como inventores de los tipos móviles en lugar de Gutenberg. Sin duda habría que empezar con los precedentes en el Lejano Oriente, documentados ya en el siglo XI, aunque no hay pruebas de que la invención se transmitiera a Occidente. En Aviñón, un orfebre llamado Waldvogel alardeaba, entre 1444 y 1446, de conocer un «arte de escribir artificialmente» (léase, de modo mecánico) y de tener «dos alfabetos de acero… 48 formas de estaño… y unos materiales destinados a la reproducción de textos hebreos y latinos». En Holanda se cita igualmente el nombre de Coster. Hoy en día, sin embargo, la paternidad exclusiva del descubrimiento se atribuye a Gutenberg, aunque las circunstancias en que se produjo siguen rodeadas de incertidumbre.

Parece que Gutenberg hizo los primeros ensayos de impresión en Estrasburgo, con el apoyo de sus socios en la empresa de fabricación de espejos. Él mismo se cuidó de mantener sus trabajos en secreto; a sus socios les pedía, en un documento, que no enseñasen a nadie la prensa, no se sabe si para pulir espejos o fabricar libros. En cualquier caso, a la muerte de Dritzehn estalló un conflicto de intereses entre Gutenberg y sus otros socios, y poco después el impresor volvió a Maguncia, donde se encontraba en 1448.

De nuevo Gutenberg se vio en la obligación de buscar socios capitalistas para su empresa. Johann Fust, un rico negociante de Núremberg, le prestó 800 florines para la fabricación de «ciertos instrumentos», y luego le prometió 300 florines más para la «obra de libros», mediante un nuevo contrato en el cual estaban contemplados los gastos para papel, pergamino y tinta. Los estudiosos creen que este dinero se estaba invirtiendo en la impresión de la célebre 'Biblia' de 42 líneas, aunque antes ya había impreso un manual para aprender latín así como formularios de indulgencias papales.

Es probable que, pese a la gran inversión que se requería, la empresa fuera un éxito comercial desde el principio, o al menos suscitara expectativas de que llegara a serlo. Ello explicaría el sorprendente vuelco que se produjo a finales de 1455, cuando Fust acusó a Gutenberg de emplear el dinero que le había prestado para otra cosa que la «fabricación de libros». Fust logró que los tribunales condenasen a Gutenberg a devolverle el dinero que le adeudaba más los intereses, 1.200 florines en total, una suma enorme a la que Gutenberg no podía hacer frente. El resultado fue que Fust se hizo con buena parte del material de impresión y logró el objetivo que seguramente se proponía con la acusación: apropiarse del pingüe negocio y desembarazarse de un inventor fastidioso al que robó sus hallazgos. Con ayuda de su futuro yerno, Peter Schoeffer, que conocía la técnica de Gutenberg y era, sin duda, más fácil de manejar, creó uno de los talleres más prósperos de Europa.

Pese a ello, Gutenberg conservó al menos una prensa con la que siguió trabajando en Maguncia. Allí imprimió un diccionario latino, el 'Catholicon'. Algunos autores creen que luego se trasladó un tiempo a la cercana Bamberg, donde entre 1458 y1460 concluiría la impresión de la 'Biblia' de 36 líneas, empezada en Maguncia años antes.

En la noche del 27 al 28 de octubre de 1462, Maguncia fue asaltada por las tropas de un poderoso príncipe, Adolfo II de Nassau, nombrado poco antes arzobispo de la ciudad. En los cruentos combates que siguieron murieron el rival de Adolfo, Diether von Isenburg, así como otros 400 ciudadanos, y la ciudad fue saqueada por la soldadesca del arzobispo vencedor. Muchos artesanos y comerciantes abandonaron Maguncia, entre ellos los distintos impresores que habían creado su negocio en los últimos años. Esta emigración forzosa favoreció la rápida difusión del arte de la imprenta a lo largo del Rin y luego por toda Europa, primero en Italia (Roma, 1467) y después hacia Francia (París, 1469). España acogió la primera imprenta en 1472, en Segovia, donde se instaló un impresor originario de Heidelberg.

Gutenberg también fue víctima de la represión desencadenada por el arzobispo-elector Nassau: se confiscó su casa familiar, la Gutenberghof, y debió exiliarse durante un tiempo a una ciudad próxima, Eltville. Se sabe que no pudo pagar al cabildo de Santo Tomás de Estrasburgo la suma de cuatro libras que le debía por los intereses de un préstamo, de lo que se deduce que pasó apuros económicos.

No se sabe si, cuando finalmente pudo volver a Maguncia, reanudó su trabajo como impresor. Su avanzada edad y la carencia de recursos eran un obstáculo importante, aunque tal vez aún pudo dirigir y supervisar la actividad de otros impresores. En 1465, el arzobispo de Maguncia reconoció su valía y lo incorporó al personal de su palacio, prometiéndole un estipendio anual, un vestido de corte, 20 medidas de trigo y toneles de vino para su casa. A su muerte, tres años después, el 26 de febrero de 1468, se encontraron entre sus bienes «ciertas formas, papeles, instrumentos, herramientas y otros objetos pertenecientes al trabajo de la imprenta». Los utensilios con los que había creado un nuevo oficio y había revolucionado la forma en que los hombres accederían en lo sucesivo a la información y el saber.

[Fuente: A. Fernández Luzón para historia.nationalgeographic.com.es]

Banting y Best, creadores del primer tratamiento eficaz para la diabetes (1922)

Frederick Banting y Charles Best, fueron los dos científicos que crearon el primer tratamiento eficaz para la diabetes al extraer con éxito la hormona insulina del páncreas. Gracias al trabajo de Banting y Best, millones de diabéticos ahora pueden vivir vidas largas y saludables en lugar de enfrentar una muerte temprana y dolorosa.

La diabetes es una enfermedad que hace que los niveles de azúcar en sangre de una persona sean demasiado altos. Sus síntomas incluyen sed excesiva, náuseas, fatiga, micción azucarada y pérdida de peso. Si no se trata, la diabetes puede provocar complicaciones que incluyen accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ataques cardíacos y daño a los nervios. La diabetes ha sido una plaga para la humanidad durante miles de años, pero incluso hace un siglo no había tratamientos efectivos. Entran, Frederick Banting y Charles Best.

Frederick Banting nació el 14 de noviembre de 1891 en la granja de su familia cerca de Alliston, Ontario. En 1912, Banting comenzó a estudiar medicina en el Victoria College, parte de la Universidad de Toronto. Se unió al ejército canadiense en 1915 y se graduó un año después. En 1918 fue herido en la batalla de Cambrai y en 1919 se le concedió la Cruz Militar por su heroísmo bajo el fuego. Después de la guerra, Banting regresó a Canadá y estudió medicina ortopédica. De 1919 a 1920, fue cirujano residente en el Hospital para Niños Enfermos de Toronto, y en 1921 comenzó a dar clases de farmacología en la Universidad de Toronto. Durante este tiempo, Banting se interesó en la diabetes.

Antes de la década de 1920, se sabía que la diabetes era el resultado de la falta de una hormona llamada insulina, que se genera en el páncreas. Se pensaba que la insulina controlaba el metabolismo del azúcar, por lo que se creía que la falta de insulina conducía a un aumento del azúcar en la sangre. Desafortunadamente, los intentos anteriores de extraer insulina del páncreas fracasaron porque la tripsina, la enzima digestiva del páncreas, descomponía la insulina antes de que pudiera extraerse. Banting tuvo que encontrar una manera de extraer la insulina del páncreas, antes de que pudiera ser destruida por la propia enzima digestiva del órgano.

Banting leyó sobre un experimento de 1920 de Moses Barron, un científico ruso-estadounidense que cerró el conducto pancreático y descubrió que las células que secretaban tripsina, la enzima digestiva, se deterioraban, pero las células del páncreas responsables de la producción y liberación de insulina permanecían intactas. Esto llevó a Banting a teorizar que si el conducto pancreático se cerraba y las células secretoras de tripsina morían, la insulina podría extraerse del páncreas y luego administrarse a los diabéticos.

En la primavera de 1921, Banting visitó a J. J. R. Macleod, profesor de fisiología en la Universidad de Toronto, para discutir su teoría, durante la cual, Macleod accedió a darle a Banting espacio en el laboratorio y diez perros para experimentar. Macleod nombró entonces a Charles Best como asistente de Banting.

Charles Best nació en West Pembroke, Maine, el 27 de febrero de 1899. En 1915, Best comenzó a estudiar fisiología y bioquímica en la Universidad de Toronto. Se alistó en el ejército en 1918 y, después de la guerra, completó su título en 1921. En ese mismo año, comenzó a estudiar en la escuela de medicina de la Universidad de Toronto.

Banting y Best comenzaron a trabajar juntos y rápidamente lograron aislar la insulina del páncreas de los perros de prueba. Después de inyectar la insulina en perros a los que se les había extirpado el páncreas, descubrieron que los perros que sufrían de diabetes inducida artificialmente se recuperaban rápidamente. La insulina animal es segura para el uso humano, y Banting y Best comenzaron a tomar insulina de los páncreas más grandes que se encuentran en las vacas. Sin embargo, encontraron problemas para refinar la solución de insulina y Macleod contrató a James Collip, profesor de bioquímica en la Universidad de Alberta, para trabajar en la purificación de la insulina.

En enero de 1922, Banting y Best administraron insulina purificada a su primer paciente, Leonard Thompson, un diabético de 14 años que estaba a punto de morir. La insulina de Best y Banting resultó ser un éxito ya que Thompson recuperó su salud. El uso de la insulina para tratar la diabetes se extendió rápidamente por todo el mundo.

Banting recibió su título de médico en 1922 y en 1923, Banting y Macleod fueron galardonados conjuntamente con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. Banting estaba descontento de que Macleod que, en su opinión, no había contribuido más que con recursos, recibiera el premio. Como resultado, Banting dividió el dinero de su premio con Best. Macleod también dividió el dinero de su premio con Collip.

En 1923, Banting fue elegido presidente del nuevo Departamento de Investigación Médica de Banting y Best, que fue dotado por la Legislatura de la Provincia de Ontario. Su investigación se centró en la silicosis y el cáncer. En 1925, Best recibió su título de médico y, en 1929, sucedió a Macleod como profesor de fisiología en la Universidad de Toronto.

En 1938, Banting comenzó a trabajar para la Real Fuerza Aérea Canadiense, investigando los problemas fisiológicos encontrados en los pilotos que volaban aviones a gran altitud. El 21 de febrero de 1941, Banting murió a causa de las heridas tras un accidente aéreo en el que era pasajero. Tras la muerte de Banting, Best asumió el cargo de Director del Departamento de Investigación Médica de Banting y Best. Best pasó la mayor parte de su carrera investigando el metabolismo de los carbohidratos. Se retiró en 1965 y finalmente murió el 31 de marzo de 1978.

Banting y Best recibieron numerosos premios y títulos honoríficos a lo largo de sus vidas. Ambos hombres eran miembros de numerosas academias médicas. En 1994 fueron incluidos en el Salón de la Fama de la Medicina Canadiense, y diez años más tarde, fueron incluidos en el Salón de la Fama de los Inventores Nacionales.



Gracias al trabajo de Frederick Banting y Charles Best, la diabetes pasó de ser una enfermedad intratable que ha matado a millones de personas durante miles de años a una enfermedad que se puede tratar fácilmente, lo que permite a los diabéticos llevar una vida normal y saludable.

[Fuente: humanprogress.com]

Primer científico en identificar los Rayos X: Wilhelm Röntgen (1895)

El científico alemán Wilhelm Röntgen fue la primera persona en identificar la radiación electromagnética en una longitud de onda que hoy conocemos como "rayos X". Hoy en día, las máquinas de rayos X son comunes en la mayoría de los centros médicos. Se utilizan por docenas de razones, pero el uso más común incluye la detección de huesos rotos y fracturados, problemas cardíacos, cáncer de mama, escoliosis y tumores. La capacidad de monitorear con precisión las condiciones internas de nuestro cuerpo conduce a mejores decisiones médicas. Cada año, se utilizan máquinas de rayos X para ayudar a salvar la vida de millones de personas.

Wilhelm Röntgen nació el 26 de marzo de 1845 en Lennep, Prusia. En 1862, Röntgen asistió a un internado en Utrecht del que fue expulsado en 1865, después de ser acusado de crear una caricatura de uno de sus maestros. Sin un diploma de escuela secundaria, Röntgen solo podía inscribirse en una universidad como visitante, en lugar de como estudiante real. El Instituto Politécnico Federal de Zürich no exigía un diploma de enseñanza secundaria, por lo que, tras aprobar los exámenes de ingreso, Röntgen se matriculó como estudiante de ingeniería mecánica en Suiza.

En 1869, Röntgen obtuvo un doctorado y se convirtió en asistente del profesor August Kundt, a quien siguió primero a la Universidad de Würzburg y luego a la Universidad de Estrasburgo. En 1874, Röntgen se había graduado como profesor en la Universidad de Estrasburgo y se convirtió en profesor en 1876. En 1879, Röntgen fue catedrático de física en la Universidad de Giessen. Röntgen se trasladó una vez más en 1888, para convertirse en catedrático de física en la Universidad de Würzburg. Fue durante su estancia en Würzburg cuando Röntgen hizo su descubrimiento que cambió el mundo.

El 8 de noviembre de 1895, Röntgen estaba realizando experimentos con un tubo de rayos catódicos, un tubo de vacío especializado que emite luz fluorescente cuando una carga eléctrica pasa a través de él. Röntgen se dio cuenta de que cuando usaba el tubo de rayos catódicos, una placa en el otro lado de su laboratorio que estaba cubierta de fósforo comenzaba a brillar. Intrigado, Röntgen cubrió el tubo con una gruesa caja de cartón negro para cubrir la luz que emitía el tubo. Röntgen se dio cuenta de que incluso después de que se hubiera cubierto la luz del tubo, la placa de fósforo seguía brillando. Pronto quedó claro para Röntgen que había descubierto un nuevo tipo de rayo. Dada la naturaleza desconocida del rayo, lo llamó "rayo X" (la "x" matemática a menudo se atribuye a algo desconocido).

Se dice que Röntgen pasó las siguientes semanas durmiendo y comiendo en su laboratorio mientras investigaba las propiedades de estos nuevos rayos. Después de numerosos experimentos, Röntgen descubrió que muchos materiales eran transparentes o translúcidos cuando se interponían en la trayectoria de los rayos. Estos materiales incluían papel, madera, aluminio y, lo que es más importante para la industria médica, piel y carne. Röntgen utilizó una placa fotográfica para detallar la transparencia de diferentes objetos. Dos semanas después de su descubrimiento de rayos X, Röntgen tomó la primera fotografía: una radiografía de la mano de su esposa. Cuando su esposa vio la imagen esquelética, exclamó: "¡He visto mi propia muerte!".

El 28 de diciembre de 1895, Röntgen publicó un artículo detallando su descubrimiento titulado "Sobre un nuevo tipo de rayos". En enero, el descubrimiento de Röntgen fue noticia de primera plana en los periódicos austriacos. Durante los dos años siguientes, las noticias sobre los rayos X se extendieron y Röntgen publicó tres artículos sobre sus experimentos. Röntgen creía que su descubrimiento debía estar disponible públicamente y nunca buscó una patente para los rayos X. En 1900, a petición especial del gobierno bávaro, Röntgen se trasladó a la Universidad de Münich para ser el presidente de su departamento de física.

Röntgen recibió numerosos premios, medallas y doctorados honoris causa. En 1901 fue galardonado con el primer Premio Nobel de Física. Después de recibir el dinero entregado a los ganadores del Premio Nobel, Röntgen lo donó todo a la investigación de la Universidad de Würzburg. El 10 de febrero de 1923, Röntgen murió de carcinoma de intestino. Tenía 77 años. En 2004, el elemento químico número 111 fue nombrado "roentgenio" en su honor.

El descubrimiento de Röntgen de los rayos X cambió fundamentalmente las prácticas médicas para siempre. Todos los días, su trabajo se utiliza para ayudar a salvar vidas de personas en todo el mundo.

[Fuente: humanprogress.org]

Nueva Zelanda, primer país en adoptar el sufragio universal, gracias a Kate Sheppard (1893)

Kate Sheppard, fue la primera sufragista exitosa del mundo. El trabajo incansable de Sheppard y las peticiones al parlamento de Nueva Zelanda en la segunda mitad de la década de 1890 se le atribuye en gran medida el mérito de que la nación se convirtiera en el primer país del mundo en conceder a las mujeres el derecho al voto en 1893. Después de que Nueva Zelanda adoptara el sufragio universal, Sheppard inspiró movimientos sufragistas exitosos en otras partes del mundo. Hoy en día, las mujeres tienen derecho al voto en casi todas partes.

Kate Sheppard, de soltera Catherine Wilson Malcom, nació el 10 de marzo de 1847 en Liverpool, Inglaterra. Después de la muerte de su padre en 1862, Sheppard se trasladó a vivir con su tío, un ministro de la Iglesia Libre de Escocia, en Nairn. El tío de Sheppard le enseñó los valores del socialismo cristiano que la acompañarían el resto de su vida. Aunque no se conocen los detalles precisos de la educación de Sheppard, poseía un amplio conocimiento tanto de la ciencia como del derecho.

A finales de la década de 1860, Sheppard, acompañada por su madre y su hermana, se trasladó a Christchurch, Nueva Zelanda. Sheppard rápidamente se convirtió en parte de la escena intelectual de Christchurch y se hizo amiga de Alfred Saunders, un político y destacado activista por la templanza que ayudó a influir en sus ideas sobre el sufragio femenino. Sheppard se casó con Walter Allen Sheppard, dueño de una tienda, en 1871.

Sheppard era un miembro activo de varias organizaciones religiosas. Enseñó en una escuela dominical y fue elegida secretaria de la Asociación de Damas de la Trinidad, una organización establecida para visitar a los miembros de la parroquia que no asistían regularmente al servicio de la iglesia, en 1884. En 1885, Sheppard se involucró en el establecimiento de una sucursal en Christchurch de la Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza.

El interés de Sheppard en el activismo político comenzó en gran parte debido a su interés en la templanza. A finales de la década de 1880, comenzó a redactar y promover peticiones al parlamento de Nueva Zelanda que impedirían que las mujeres fueran empleadas como camareras. Después de que el parlamento rechazara la petición de Sheppard sobre la camarera, ella llegó a creer que los políticos continuarían rechazando las peticiones presentadas por las mujeres, siempre y cuando las mujeres no tuvieran derecho al voto.

En 1887, Sheppard fue nombrada Superintendente Nacional de Franquicias y Legislación de la Unión Cristiana de Mujeres de Nueva Zelanda por la Templanza (WCTU). En 1888, era la presidenta de la rama de Christchurch de la WCTU. Sheppard se convirtió rápidamente en una figura prominente del movimiento por el sufragio femenino, y demostró ser una poderosa oradora y organizadora al organizar eventos políticos en toda Nueva Zelanda.

Tanto en 1887 como en 1890, hubo intentos fallidos por parte de políticos que simpatizaban con la causa de Sheppard para introducir una legislación que otorgara a las mujeres el derecho al voto. En 1888, Sheppard escribió un panfleto titulado 'Diez razones por las que las mujeres de Nueva Zelanda deberían votar', que fue enviado a todos los miembros de la Cámara de Representantes. También escribió panfletos que se enviaron a los movimientos sufragistas de todo el mundo.

En 1891, Sheppard comenzó a hacer peticiones parlamentarias para persuadir a los políticos de que apoyaran el voto para las mujeres. Ese mismo año, Sheppard creó una petición que contenía 10.085 firmas. Sir John Hall, miembro de la Cámara de Representantes y partidario de Sheppard, presentó la petición al parlamento junto con una propuesta de enmienda a la actual Ley Electoral que permitiría a las mujeres el derecho al voto. Esta enmienda fue aprobada en la Cámara de Representantes, pero fue rechazada en la Cámara Alta.

En 1892, Sheppard creó otra petición con 20.274 firmas, pero la enmienda del sufragio femenino volvió a fracasar en la Cámara Alta. Finalmente, con una petición de 31.872 firmas, que entonces era la petición más grande que el parlamento de Nueva Zelanda había recibido, se aprobó la Ley Electoral de 1893. El 19 de septiembre de 1893, el gobernador David Boyle promulgó la concesión del derecho al voto a las mujeres.

Sheppard fue ampliamente acreditada por la Ley Electoral de 1893. Al ver el éxito del movimiento sufragista en Nueva Zelanda, los grupos de sufragio femenino de todo el mundo se inspiraron para seguir sus pasos. Sheppard envió sus escritos a sufragistas de todo el mundo. Como editora de la revista mensual de la WCTU, 'The White Ribbon', promovió grupos sufragistas en el extranjero. Sheppard tenía una enorme demanda en el circuito de conferencias. Antes de mudarse a Inglaterra en 1903 para ayudar en el movimiento sufragista allí, pronunció discursos en Canadá y Estados Unidos.

Debido a su mala salud, Sheppard regresó a Nueva Zelanda en 1904, pero se embarcó en una gira por la India y Europa unos años más tarde. En 1916, fue la primera persona en firmar una petición instando a Sir Joseph Ward, el primer ministro de Nueva Zelanda, a apoyar el derecho al voto de las mujeres en Gran Bretaña. Los movimientos sufragistas de todo el mundo copiaron las tácticas de Sheppard con enorme éxito. Australia concedió a las mujeres el derecho al voto en 1902, Finlandia en 1906, Noruega en 1913, Dinamarca en 1915 y Austria, Gran Bretaña, Alemania, Polonia y Rusia en 1918. Estados Unidos le siguió en 1920.

La tendencia continuó mucho después de la vida de Sheppard. Suiza concedió el voto a las mujeres en 1971, aunque un cantón resistió hasta 1991. Arabia Saudí permitió por primera vez que las mujeres votaran en 2015.

Sheppard murió en Christchurch el 13 de julio de 1934. Tenía 86 años. Hoy en día, su perfil aparece en el billete de diez dólares de Nueva Zelanda y sigue siendo considerada la primera sufragista exitosa del mundo. Sin su incansable labor, es probable que miles de millones de mujeres en todo el mundo tuvieran que esperar más tiempo para lograr los derechos políticos de los que disfrutan hoy.

[Fuente: humanprogress.org]

Primera batería eléctrica de la historia, el "órgano eléctrico artificial" de Alessandro Volta (1800)

El físico italiano Alessandro Volta, fue el inventor de la primera batería eléctrica del mundo. Su "pila voltaica" proporcionó la primera fuente de corriente eléctrica continua que el mundo había visto. A través de su descubrimiento, Volta desacreditó la teoría prevaleciente en ese momento de que la electricidad era generada únicamente por seres vivos. El invento de Volta sentó las bases de las baterías modernas. Su trabajo también ayudó a crear el campo de la electroquímica y el electromagnetismo.

Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta nació el 18 de febrero de 1745 en Como, una ciudad en el actual norte de Italia. La familia de Volta era noble y rica. De niño, asistió a un internado jesuita, donde sus maestros trataron de persuadirlo para que ingresara al sacerdocio. Volta sabía que su verdadera pasión era la física y, a los 16 años, abandonó la escuela. A pesar de no recibir más formación formal, Volta comenzó a intercambiar cartas con los principales físicos de la época cuando tenía 18 años. Dos años más tarde, Volta ya estaba realizando experimentos en un laboratorio de física construido por su rico amigo, Giulio Cesare.

En 1774, Volta enseñaba física experimental en la escuela pública de gramática de Como. En este punto, el trabajo de Volta se centró principalmente en la química de los gases. En 1778, después de leer un artículo escrito por Benjamin Franklin sobre el tema del "aire inflamable", Volta se convirtió en la primera persona en descubrir y luego aislar el gas metano. Volta descubrió que una mezcla de metano y aire podía explotar con una chispa eléctrica cuando estaba en un recipiente cerrado. Este tipo de reacción química inducida eléctricamente se convertiría más tarde en la base del motor de combustión interna.

En 1779, Volta fue nombrado profesor de física experimental en la Universidad de Pavía, cargo que mantendría durante casi 40 años. Volta pasó sus primeros años en Pavía estudiando lo que ahora llamamos "capacitancia eléctrica". Descubrió que el potencial eléctrico en un condensador (el condensador es un componente que tiene la capacidad de almacenar energía en forma de carga eléctrica) es directamente proporcional a su carga eléctrica. Hoy en día, este fenómeno se llama Ley de Capacitancia de Volta.

En 1791, el amigo y colega físico de Volta, Luigi Galvani, descubrió que podía hacer que una anca de rana montada en ganchos de hierro o latón se moviera cuando la pata se tocaba con una sonda hecha de otro metal. Galvani interpretó su descubrimiento como una nueva forma de electricidad que se puede encontrar en los tejidos vivos y la llamó "electricidad animal". Volta no estuvo de acuerdo con los hallazgos de Galvani. Planteó la hipótesis de que la rana simplemente conducía la corriente eléctrica que fluía entre el gancho de hierro o latón y el otro metal que se usaba como sonda. Volta llamó a este tipo de electricidad "electricidad metálica".

Volta comenzó entonces a experimentar para ver si podía producir una corriente eléctrica solo con metales. Como los instrumentos de ese momento no podían detectar corrientes eléctricas débiles, Volta probó el flujo de electricidad entre diferentes metales colocándolos en su lengua. Efectivamente, Volta descubrió que la saliva en su boca, al igual que el tejido de las ranas en los experimentos de Galvani, conducía la electricidad, causando una sensación amarga.

Con el fin de demostrar de manera concluyente que una corriente eléctrica no requería un tejido animal, Volta creó una pila de discos alternos de zinc y plata, que estaban separados por una tela empapada en salmuera. Volta descubrió que cuando se conectaba un cable a ambos extremos de la pila, una corriente constante fluía entre las capas. Este invento, que llegó a ser conocido como la pila voltaica, fue en realidad una forma temprana de la batería eléctrica actual. Después de numerosos experimentos, Volta también descubrió que la cantidad de corriente producida podía aumentarse o disminuirse mediante el uso de diferentes metales o agregando y quitando discos de la pila.

Volta informó por primera vez de su experimento de pila eléctrica en una carta fechada el 20 de marzo de 1800. Estaba dirigida a Joseph Banks, presidente de la Royal Society de Londres. Poco después, Volta viajó a París para demostrar su invento, al que inicialmente llamó un "órgano eléctrico artificial".

La batería de Volta fue un gran éxito. No solo destruyó el consenso científico en torno a la "electricidad animal", sino que los científicos reconocieron rápidamente el "órgano eléctrico artificial" de Volta como un dispositivo extremadamente útil. A las seis semanas del anuncio de Volta, los científicos ingleses William Nicholson y Anthony Carlisle utilizaron su propia pila voltaica para descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno, lo que llevó al descubrimiento de la electrólisis o "una técnica que utiliza una corriente eléctrica directa para impulsar una reacción química que de otro modo no sería espontánea" y así se creó el campo de la electroquímica. De manera similar, en la década de 1830, otro científico inglés, Michael Faraday, utilizó la pila voltaica en sus estudios pioneros sobre el electromagnetismo.

Napoleón Bonaparte quedó tan impresionado con el trabajo de Volta que en 1801 nombró a Volta conde y senador del reino de Lombardía. En 1809, Volta también se convirtió en miembro asociado del Real Instituto de los Países Bajos.

Volta se retiró en 1819, a la edad de 74 años. Se trasladó a su finca en Camnago, que más tarde pasó a llamarse "Camnago Volta" en su honor. El 5 de marzo de 1827, Volta murió a la edad de 82 años. Desde su muerte, Volta ha aparecido en sellos y monedas. Su nombre fue inmortalizado cuando la medida del potencial eléctrico, o "voltio", fue nombrada en su honor en 1881.

La invención de Volta de la primera batería no solo ayudó a sentar las bases para la creación de varios campos científicos, sino que la batería se ha convertido en un elemento básico del mundo moderno. Sin el trabajo de Volta, muchas de nuestras tecnologías modernas no existirían.

[Fuente: humanprogress.org]

El primer inodoro con cisterna fue obra de Sir John Harington (1592)

Sir John Harington, un cortesano inglés del siglo XVI, fue el autor e inventor del inodoro moderno. El inodoro de Harington permitía que los desechos se descargaran desde los lugares de habitación a pozos negros subterráneos sin contacto humano directo. El inodoro con cisterna ha tenido beneficios sanitarios inconmensurables para el mundo moderno y el Foro Económico Mundial ha concluido que su invención ha salvado más de mil millones de vidas.

John Harington nació el 4 de agosto de 1560 en Kelston, una ciudad en el suroeste de Inglaterra. Harington nació en el seno de una familia noble y adinerada. Tras su bautizo en Londres unos meses más tarde, se convirtió en uno de los ciento dos ahijados de la reina Isabel I. El padre de Harington, también llamado John, era un poeta en la corte de Enrique VII, y su madre, Isabella Markham, era una dama en la cámara privada de la reina Isabel I. Harington fue educado en el Eton College, un internado para varones, antes de estudiar derecho en el King's College de Cambridge.

Aunque se esperaba que se convirtiera en abogado, Harington se enamoró de la vida en la Corte Real. Su actitud libre de expresión le ganó rápidamente notoriedad entre la nobleza. La reina Isabel le tenía cariño a Harington y a menudo lo animaba a escribir poesía. Sin embargo, Elizabeth llegaría a arrepentirse de ese estímulo cuando Harington se hizo conocido por escribir piezas subidas de tono que a menudo sobrepasaban lo que se consideraba moralmente permisible en la Corte.

El primer destierro de Harington de la corte fue el resultado de una escapada en 1584, cuando tradujo el capítulo 28 del poema épico de Ludovico Ariosto Orlando Furioso. Harington hizo circular el manuscrito entre las damas de honor de la Corte. Enfurecida por lo atrevido de su traducción, Elizabeth exilió a Harington y le dijo que no se le permitiría regresar a la Corte hasta que hubiera traducido los 40 capítulos completos de Orlando Furioso, una tarea tan ardua que muchos asumieron que Harington fracasaría.

Sin embargo, Harington completó la traducción completa del poema en 1592 y le regaló a Elizabeth una copia encuadernada de la obra cuando visitó Kelston ese año. La traducción de Harington recibió grandes elogios y todavía hoy es leída por los angloparlantes. Fue durante su tiempo en el exilio de la Corte que Harington ideó y luego instaló el primer inodoro con cisterna, al que apodó "Ajax" ("jakes" era una antigua palabra de la jerga para inodoro) en su mansión de Kelston.

El dispositivo de Harington tenía una bandeja y un asiento, con una abertura en la parte inferior que estaba sellada con una válvula con revestimiento de cuero. Las palancas y las pesas vertían agua desde una cisterna en el inodoro. Cuando se giraba la manija del asiento, una válvula en la parte inferior de la sartén se abría y el agua arrastraba el contenido de la sartén a un pozo negro que se encontraba debajo. Harington describió por primera vez su invención en su libro de 1596 'A New Discourse upon a Stale Subject: The Metamorphosis of Ajax', que publicó bajo el seudónimo de "Misacmos", que significa "odiador de la inmundicia". En su libro, Harington declaró que su Ajax "haría que los lugares desagradables fueran dulces, los lugares ruidosos fueran saludables y los lugares sucios limpiamente".

Harington nunca perdía la oportunidad de hacer una declaración política, y su libro hacía numerosas digresiones, a menudo dirigidas a hombres conocidos de la Corte. El libro era en gran parte un ataque al supuesto "excremento" que estaba envenenando a la sociedad y contenía muchas alusiones al favorito de la reina Isabel, el conde de Leicester. Aunque su libro gozó de considerable popularidad, Harington fue amenazado con una audiencia frente a la Star Chamber, un tribunal inglés en el Palacio de Westminster. Si bien el cariño de Elizabeth por Harington protegió al inventor de un castigo más severo, Harington fue una vez más desterrado de la Corte Real.

En 1598, Isabel le pidió a Harington que instalara un baño en el Palacio de Richmond, una residencia real en el río Támesis. El retrete se hizo popular entre algunos miembros de la nobleza, pero gran parte del público permaneció fiel a sus orinales. No fue hasta casi doscientos años después que el inventor escocés Alexander Cumming patentó el inodoro de descarga inspirado en el Ajax de Harington. El diseño de Cumming de 1775 mejoró el dispositivo de Harington al agregar la "trampa en ese" en la tubería debajo del inodoro, lo que significaba que el agua quedaba permanentemente retenida en la tubería, evitando así que los gases de alcantarillado ingresaran a los edificios de arriba.

En 1848, una Ley de Salud Pública en el Reino Unido dictaminó que cada nueva casa requería un "w.c., retrete o cenicero". Tuvieron que pasar más de 250 años para que el inodoro con cisterna de Harington se popularizara entre el público en general. Hoy en día, más de dos tercios del mundo tiene acceso a un inodoro con cisterna y esta cifra sigue aumentando en decenas de millones cada año.

En 1599, Harington se unió a una campaña militar inglesa en Irlanda para sofocar una rebelión de los jefes gaélicos. Fue nombrado caballero por sus servicios. Después de su estancia en Irlanda, Harington se convirtió en tutor del hijo de Jacobo I, Enrique, príncipe de Gales. Harington murió el 20 de noviembre de 1612 en su casa de Kelston. Tenía 52 años.

Los inodoros cambiaron fundamentalmente el mundo en el que vivimos. El beneficio sanitario de no tener que estar en contacto directo con los desechos humanos evita millones de casos de cólera, diarrea, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea y poliomielitis cada año.

[Fuente: humanprogress.org]

Willem Kolff: "Padre de los órganos artificiales" e inventor de la primera máquina de diálisis renal (1943)

Willem Kolff, fue un médico holandés que inventó la primera máquina de diálisis renal del mundo. Kolff también desempeñó un papel decisivo en el desarrollo del primer corazón artificial del mundo y, más tarde, del primer ojo artificial. El Foro Económico Mundial ha estimado que desde su invención, la máquina de diálisis renal de Kolff, o lo que a él le gustaba llamar "el riñón artificial", ha salvado más de 9 millones de vidas.

Willem Kolff nació el 14 de febrero de 1911 en Leiden, Países Bajos, en el seno de una antigua familia patricia holandesa. Kolff sufría de dislexia, pero como la condición no fue reconocida en ese momento, cuando era niño, Kolff a menudo era castigado en la escuela por las dificultades que tenía para leer y deletrear. Inicialmente, Kolff quería convertirse en director de un zoológico, pero después de que su padre señalara que esa carrera tenía oportunidades laborales muy limitadas, ya que solo había tres zoológicos en los Países Bajos en ese momento, Kolff decidió seguir los pasos de su padre y seguir una carrera médica.

Kolff comenzó a estudiar medicina en la Universidad de Leiden en 1936 y obtuvo el título de Doctor en Medicina en 1938. Más tarde ese año, Kolff comenzó a estudiar un doctorado en la Universidad de Groningen, mientras trabajaba como asistente en el departamento de medicina de la universidad.

El 10 de mayo de 1940, Alemania invadió los Países Bajos. Durante la invasión, Kolff asistió casualmente a un funeral en La Haya. Kolff decidió abandonar el funeral antes de tiempo y dirigirse al principal hospital de la ciudad, que ya estaba desbordado por las víctimas, para pedir la creación del que sería el primer banco de sangre de Europa. El hospital accedió y se le proporcionó un coche a Kolff. Kolff condujo por la ciudad recogiendo tubos, botellas, agujas, citrato y otra parafernalia, todo mientras esquivaba el fuego de los francotiradores y evitaba la caída de bombas. Cuatro días después, el banco de sangre del principal hospital de The Hauge estaba operativo y salvó la vida de cientos de personas.

Un mes después de la invasión alemana, el mentor judío de Kolff en un hospital de Groninga se suicidó y fue reemplazado por un oficial nazi. Kolff, que no quería trabajar con los nazis, se trasladó a un pequeño hospital en Kampen durante el resto de la guerra. Fue también durante la guerra que ocultó en su casa al hijo pequeño de un colega judío de los nazis.

Cuando Kolff era un joven médico, presenció la dolorosa muerte de un paciente de 22 años que murió de insuficiencia renal. En ese momento, Kolff no pudo hacer nada para salvar al joven, pero se le ocurrió que si hubiera podido eliminar la urea (los desechos que los riñones sanos generalmente filtran), entonces el paciente podría haber vivido. Kolff señaló: "Me di cuenta de que eliminar 22 centímetros cúbicos de toxicidad de su sangre le habría salvado la vida". Después de esa traumática experiencia, Kolff se dedicó a la investigación de la insuficiencia renal.

Kolff desarrolló su primer prototipo de máquina dializadora de riñón en 1943. Como los Países Bajos todavía estaban bajo ocupación alemana, los materiales eran escasos, pero Kolff logró construir su máquina utilizando latas de jugo de naranja, autopartes usadas y pieles de salchicha de celofán envueltas alrededor de un cilindro que descansaba en un baño de esmalte con líquido limpiador. La máquina de Kolff extraía la sangre de un paciente en un baño, la limpiaba y luego la devolvía al cuerpo del paciente. Durante un período de dos años, Kolff intentó tratar a 15 pacientes con la máquina, pero todos los intentos fueron infructuosos. A pesar de la pérdida de vidas, Kolff persistió.

Un gran avance llegó un mes después de que terminara la guerra en agosto de 1945, cuando Kolff trató a una mujer de 65 años encarcelada por ser colaboradora de los nazis y en coma debido a una insuficiencia renal. Muchos de sus compatriotas desaprobaban tratar a la mujer debido a sus vínculos nazis, pero Kolff persistió en su deber hipocrático y después de horas de tratamiento, la mujer despertó y vivió otros 6 años antes de morir por causas no relacionadas con sus problemas renales. Un año más tarde, en 1946, Kolff obtuvo su doctorado en la Universidad de Groningen.

Después de demostrar el éxito de su riñón artificial, Kolff fabricó máquinas de diálisis y las envió a hospitales de todo el mundo. Las máquinas ganaron popularidad rápidamente y en 1948, el riñón artificial se utilizó para realizar la primera diálisis humana en los Estados Unidos, en el Hospital Mount Sinai en la ciudad de Nueva York.

Kolff emigró a los Estados Unidos en 1950 y se unió a la Fundación de la Clínica Cleveland. Durante su estancia en Cleveland, Kolff ayudó a desarrollar las primeras máquinas de circulación extracorpórea que oxigenaban la sangre y mantenían las funciones cardíacas y pulmonares de un paciente durante una cirugía cardíaca. En 1967, Kolff se convirtió en jefe de la División de Órganos Artificiales y del Instituto de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Utah. Mientras estaba en Utah, Kolff dirigió el equipo médico que desarrolló el primer corazón artificial del mundo, que se implantó con éxito en un paciente en diciembre de 1982.

A pesar de que Kolff se retiró oficialmente en 1986, continuó trabajando como profesor de investigación y director del Laboratorio Kolff en la Universidad de Utah hasta 1997. A lo largo de su vida, Kolff recibió más de 12 doctorados honoris causa de universidades de todo el mundo y más de 120 premios internacionales, entre ellos: el Premio al Logro Científico de la AMA en 1982, el Premio Albert Lasker a la Investigación Médica Clínica en 2002 y el Premio Russ en 2003. En 1990, la revista Life incluyó a Kolff como una de las 100 personas más importantes del siglo XX. Kolff murió el 11 de febrero de 2009, solo tres días antes de cumplir 98 años.

Willem Kolff es a menudo apodado el "Padre de los Órganos Artificiales" y la tecnología que creó ha salvado millones de vidas en todo el mundo.

[Fuente: humanprogress.org]