Émilie du Châtelet, pionera de la física moderna (1749)

En el siglo XVIII, cuando las mujeres eran relegadas al papel de esposas y madres, Émilie du Châtelet desafió todas las normas al convertirse en una de las mentes más brillantes de su tiempo. Matemática, física y filósofa, su trabajo no solo fue revolucionario, sino que también dejó en ridículo a varios hombres de la época, incluso corrigiendo errores de Isaac Newton.

Nacida en 1706 en Francia, Émilie pertenecía a la nobleza, lo que le permitió recibir una educación poco común para una mujer de su época. Desde pequeña mostró una inteligencia deslumbrante: aprendió latín, griego y matemáticas cuando otras niñas solo eran instruidas en bordado y etiqueta. Su pasión por la ciencia era tan intensa que se disfrazaba de hombre para poder asistir a debates científicos en cafés y academias. Con el tiempo, su brillantez fue imposible de ignorar.

En una sociedad que no permitía que las mujeres fueran académicas, Émilie encontró un aliado en el filósofo Voltaire, con quien tuvo una apasionada relación. Juntos estudiaban, escribían y desafiaban las normas intelectuales de la época.

De hecho, cuando Voltaire fue exiliado por sus ideas, ella lo acogió en su castillo y lo convirtió en un centro de investigación científica. Mientras Voltaire escribía sobre filosofía, Émilie se sumergía en ecuaciones matemáticas y experimentos físicos.

Uno de sus logros más impresionantes fue su trabajo sobre la energía cinética. Isaac Newton había establecido que la energía era proporcional a la velocidad de un objeto, pero Émilie demostró que esto era incorrecto.

Basándose en los experimentos del científico Willem 's Gravesande, descubrió que la energía se calcula con la fórmula E = ½ mv², que es la base de la física moderna. Su corrección a Newton fue tan impactante que siglos después Einstein la citó en sus estudios sobre la relatividad. Su mayor legado fue la traducción y comentario de los "Principia Mathematica" de Newton al francés, añadiendo explicaciones y correcciones. Hasta el día de hoy, su traducción sigue siendo la versión de referencia en Francia.

A los 42 años, Émilie quedó embarazada, algo peligroso para una mujer de su edad en esa época. Aun así, siguió trabajando incansablemente, terminando su monumental traducción poco antes de dar a luz. Tristemente, murió pocos días después del parto.

Su vida fue breve, pero su impacto fue inmenso. Gracias a su inteligencia y determinación, Émilie du Châtelet abrió las puertas para que las mujeres pudieran estudiar ciencia, dejando un legado que aún brilla en la historia de la física.

[Fuente FB Historia AI]

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